Las pastillas consisten en una masa controladamente “endurecida” que al tocar en los discos de frenos, produce la fricción necesaria para reducir la velocidad de las ruedas.

Las pastillas deben satisfacer cuatro exigencias básicas: seguridad, resistencia, confort y vida útil.

Para la seguridad lo importante es la resistencia y la potencia de frenado de las pastillas. La potencia de frenado viene determinada por la estabilidad del factor de fricción. Cuando baja el factor de fricción cambia considerablemente el comportamiento de los frenos y puede prolongarse claramente la distancia de frenado. Por esta razón el material de fricción debe mantenerse elevado durante toda la vida útil de las pastillas.

Por su parte la resistencia está asegurada por la unión especial entre el material de las pastillas y el soporte metálico, incluso en las condiciones más extremas.

Una de las exigencias de los fabricantes de los vehículos es que las pastillas no “suenen” cuando se utilizan los frenos y que no se transmitan vibraciones al volante del vehículo. Si ninguna de estas dos cosas sucede, se puede decir que las pastillas cumplen con la exigencia de confort.

Por último, la vida útil de las pastillas se determina principalmente por la calidad y composición de las materiales utilizados en su fabricación.